sábado, 7 de noviembre de 2009

El lenguaje español en el futuro de la Internet

lenguas El idioma español ocupa hoy el tercer lugar en Internet. Otros idiomas están emergiendo en la escena, mientras el castellano se mezcla y evoluciona en el contacto con otras lenguas y nuevas tecnologías. En el ámbito de la ética, la educación y otras áreas relacionadas con la tecnología ¿qué papel juega el idioma? México es un líder de la región latinoamericana. Frente al despegue del portugués de Brasil y la aparición de otras influencias en cuanto a las lenguas, ¿Cuál es la posición que debe tomar la nación mexicana?



Hoy ya no es posible tomar una sola decisión sensata
sin tomar en cuenta no sólo el mundo como es, sino como será.
Isaac Asimov

Objetivo


En este ensayo se busca ofrecer un breve panorama analítico del español en el marco de la Internet en el momento presente, a través de una observación de su posición actual en términos de penetración y predominancia. También se analizarán algunos retos y perspectivas que tiene a futuro en la escena mundial, en especial frente a otros jugadores actuales y emergentes, para la construcción de la economía, los valores, la ética, la identidad y la instrucción de futuras generaciones.

La posición del español


A manera de definiciones se darán las siguientes: la Internet, también llamada simplemente la Red, es el medio tecnológico en el cual se encuentra hoy en día una gran cantidad de contenidos de los más variados tipos. A ella se accede por medio de equipos de procesamiento de datos interconectados, y por su naturaleza, es un medio que funciona primordialmente mediante lenguas leídas y escritas, más que habladas. Dicho universo cibernético se contempla por la mayoría de los analistas como una nueva y creciente forma de vida que no tendrá marcha atrás, mientras que hay opositores que la denuncian y acusan de ser un invento colonialista y globalizante que debería ser combatido.

El idioma español o castellano es el que, con algunas variantes, se habla en España y toda América Latina, y a modo de segunda lengua en Brasil, al igual que en importantes comunidades dentro de Estados Unidos y otras naciones, además de ser habla
oficial en varias organizaciones internacionales. Basados en los datos que a continuación se desgranan, se podría argumentar que el habla hispana tiene ya una importancia toral y creciente en el mundo técnico y de la ciencia.

Algunos analistas opinan que el castellano se verá opacado por la apabullante avalancha que representa el chino–mandarín (Sánchez, 2009). Si se entiende por dominancia el número de hablantes, entonces el chino la tendrá, por el masivo uso que tienen de Internet en Asia, con más del 42% de internautas a nivel mundial (Internet World Stats, 2009), y eso que apenas representa un 19% de su población. También habría que referir este hecho a la creciente liberalización de su economía, que antes estaban tan controlados y ahora, tras un ciclo de apenas tres décadas, es una economía que se ha sextuplicado para convertirse en el mercado de consumo más grande de la Historia. (Sánchez, 2009)

Obsérvese, por ejemplo, la siguiente gráfica de la escena mundial en línea, cuyo tráfico crece alrededor de 50% al año. En ella, sus creadores (New Scientist, 2008) pronosticaron en 2008 que hacia 2012 los internautas asiáticos serán el triple que los norteamericanos, mientras que India será el tercer protagonista en la Red, que estará dominada entonces por una mezcla de hablantes de inglés, chino, hindi, portugués y ruso, principalmente.

Por otro lado, al tomar en cuenta que, casi de modo generalizado, el ingreso a la Red se da en personas de clase media y alta con formación media o superior, se encontrará que ellos tienen ya el inglés como segunda lengua, tácitamente aceptada como la jerga de los negocios y de las transacciones financieras a nivel global. De hecho, hasta épocas recientes parecía haber una inclinación de los alumnos a estudiar el habla inglesa –incluidos los chinos–, dada su dominancia en el mercado.










The exploding Internet. (New Scientist, 2008)




Este choque de trenes que representa la fusión de lenguas a causa de la tecnología es ya evidente en el uso del ciberespanglish (Verdinez, 2007), con términos como email, software y windows –por no decir deletear, printear y exit, o frases como Estoy chateando y surfeando–. Todos ellos son neologismos, calcos y préstamos que a final de cuentas pasan a formar parte del habla cotidiana, al igual que diskette, diskete, disket, disquet o disquete (esta última es la que avala la Real Academia de la Lengua) (Verdinez, 2007).

En otra vertiente, hay analistas que desestiman la importancia futura de la escritura, argumentando que, día con día, los avances tecnológicos y el vertiginoso incremento de la velocidad de las conexiones, desdibujarán las fronteras entre los diversos códigos y tipos de intercambios: audio, texto y video, a la vez que traducciones automáticas simultáneas eliminen de tajo cualquier dificultad de comunicación. Si bien hay poderosas e incontestables evidencias históricas de dicho mejoramiento técnico, es dable cuestionar la reducción de la importancia de la cultura escrita, en otras palabras, se requiere hacer una revaloración de la misma y su rol en las tecnologías nuevas.

Sin duda, cada visión puede aportar elementos que la soporten. Por ejemplo, Verdinez (Ciberespanglish, 2007) cita este ejemplo, extraído de un mensaje SMS, que cualquier joven puede entender: ey ola stamos crk d trminar LOL.

En ese orden de ideas, algunos especialistas (Soca, 2009) consideran que el cambio lingüístico es un fenómeno permanente e inevitable y que el español, que por sus propios orígenes no es una lengua pura y consolidada, no está "amenazado" por las tecnologías novedosas, ni requiere ser "defendido" del inglés u otras culturas, como no lo fue del maya, del náhuatl y tantas otras, mismas que, a su vez, están recibiendo constantemente la influencia del castellano. Incluso hay los que proponen acelerar dichos cambios, modernizando y simplificando la lengua para hacerla más fácil y homogénea, eliminando algunas letras, acentos y proactivamente adoptando vocablos de otros idiomas (Oppenheimer, 2009).

En todo caso, se trata del futuro del castellano en el ciberespacio, como la conocemos actualmente, dentro de una sociedad mundial multicultural y plurilingüe, ávida de adquirir conocimientos y necesitada de hacer una elección correcta, ante la rica veta de posibilidades que se abre hacia el futuro. Allí convivirán normas cultas y vulgares, nuevas y antiguas, donde el español esté en diversos lugares: la biblioteca, los diccionarios y los innumerables sitios Web, como se comenta ampliamente en el volumen de la OCDE (Los desafíos de las tecnologías de la información y las comunicaciones en la Educación, 2002).










Las principales lenguas en Internet




Hechos actuales


Al igual que en el mundo común, en el universo cibernético predominan ciertos idiomas. Por razones históricas, en el ciberespacio la primera lengua fue y sigue siendo el inglés, hoy en día seguido por el chino y en tercer lugar el español –el cuarto es el japonés. Esto medido en función del número de personas que hablan el idioma y pueden acceder a la Red. De acuerdo con investigaciones recientes, (Internet World Stats, 2009), hay alrededor de 586 millones de hispanoparlantes, de los cuales el 30% ingresan al ciberespacio, es decir no menos de 175 millones de internautas, que representan el 10% del total de personas que navegan por la Red. En suma, el español es ya un lenguaje muy importante en la red mundial.

En la misma tónica, hay que destacar que una importante proporción de habitantes del planeta había estado limitada en su acceso al mundo virtual, hasta hoy, debido a que las direcciones de dominio aceptadas para denominar los sitios en dicho espacio sólo podían contener símbolos románicos, es decir las tres docenas de caracteres del alfabeto occidental. Sin embargo, muy próximamente, dichas direcciones podrán contener caracteres no latinos desde el principio hasta el final, gracias a la aprobación lograda en el comité internacional denominado ICANN.










Las 10 lenguas más presentes en Internet




Esto abre la puerta a que los más de 100,000 caracteres de todas las lenguas del orbe lleguen a aparecer en los nombres de dominio, lo cual representará una proeza técnica que lleva años cocinándose globalmente y cuyo anuncio de liberación ha sido aplaudido desde todos los confines del planeta, como el primer paso hacia una verdadera internacionalización de la Red. Se espera que billones –literalmente– de personas, que no usan caracteres romanos en su vida diaria, puedan así allegarse los beneficios que la gran Red ofrece. (ICANN, 2009).

En una vía paralela, la Unesco está cimentando la multiculturalidad y plurilingüismo en el espacio virtual mundial, a través de la publicación de diversos libros y artículos que apoyan una visión integradora de las lenguas del planeta y promueven el ingreso equitativo y amplio a la nueva Sociedad del Conocimiento, donde aún hoy es notoria la ausencia de miles de lenguas. (UNESCO, 2009).

Como colofón, hagamos por ejemplo esta evaluación: Si Internet fuese un Estado, habría crecido en población partiendo de 361 millones de habitantes en el año 2000, a 1,669 millones en 2009, que representan a una cuarta parte de la población del planeta (Internet World Stats, 2009), es decir un crecimiento del 362%.

En contraste, en la región latinoamericana, el crecimiento ha sido de 866% (casi el triple). Además, dentro de dicha zona, Brasil ocupa el primer puesto con 67%, México le sigue con 24% y Argentina con el 20%, lo cual ratifica el bajo uso que la nación mexicana tiene de la tecnología, comparado en la región con Brasil –que habla portugués–, mientras que es líder en habla hispana, es decir con respecto a los otros países.

Acceso y educación


Desde luego, el acceso depende de consideraciones económicas y de formación académica, es decir que los países más ricos y educados son los que tienen un mayor uso de dicha tecnología. Otros estudios apuntan también a cuestiones de discriminación, por ejemplo, en Estados Unidos, donde más estudiantes blancos que negros o latinos tienen facilidades para usar Internet. (Feller, 2006).

En particular, es el área educativa la que reviste mayor importancia, pues es la herramienta que permitirá el desarrollo de los pueblos que, al igual que México, aun se encuentran atrasados en muchas áreas del conocimiento, según lo atestiguan las pruebas PISA de la OECD, entre otras mediciones. Y si se considera que, en la época actual, la tecnología en la educación es una de las principales herramientas de desarrollo, la combinación del impulso a la lengua española y las nuevas tecnologías es un tema álgido.

México y los países en desarrollo


Con el foco específico de este país, cabría preguntarse si debe tener o no una posición de liderazgo en la región, en cuanto al impulso de la lengua española en las tecnologías, o si debería asumir una disposición pasiva, asimilando los contenidos en inglés, portugués y/o chino que ya existen, dejando de lado la producción y consumo de contenidos propios en español.

Empero, suponiendo que la respuesta fuese que México debe asumir una posición proactiva, surge la cuestión de la forma en que ha de promoverse y defenderse el uso del español. Una manera eficaz es la creación de políticas de gobierno, que orienten o promuevan el proceso a través de la implantación de normas apoyadas por presupuestos gubernamentales, y promover la creación de contenidos educativos y de otros tipos. Habrá quienes argumenten en contrario, proponiendo que sea el libre flujo y reflujo de los mercados el que dicte el rumbo y la velocidad de adopción de los idiomas en la Red.

En un mundo en cambio permanente, la Educación debe estructurarse alrededor de aprendizajes fundamentales que serán pilares del conocimiento y fuentes de dominio y cambio en la sociedad. Entre otros, aprender a conocer y aprender a ser, para influir sobre el entorno.‎ Para que esto suceda, las personas deben ser capaces, primero, de leer y entender lo que leen en el ciberespacio, a lo que seguirá la personalización del proceso de aprendizaje y la edificación de la capacidad de construir valores nuevos y cuestionar los existentes, para finalmente labrar la propia identidad y pertenencia a grupos sociales. El reconocimiento de estas cualidades cada día está más ligado a su expresión en dicho espacio (Zúñiga M., 2001).

Lo dicho antes y muchos otros temas relacionados se abordan también con gran detalle en el extenso documento del Convenio Andrés Bello de Estados Latinoamericanos. (Convenio Andrés Bello, 2004).

La educación y la ética


Las ciencias y las técnicas han tenido gran impacto en la economía global. Han incidido en la formación a distancia y las tecnologías educativas, donde tales herramientas son hoy indispensables. Sin embargo, en los países en desarrollo, la sociedad genera y demanda una nueva cultura, a la vista de los grandes rezagos y la desigualdad prevalente, ya que, según datos de UNESCO, existe discriminación y falta de acceso, especialmente en las mujeres de esas regiones. Esto a su vez se refleja en las discrepancias de rendimiento escolar y otras divergencias. Se trata de la llamada brecha digital, que refleja las desigualdades económicas y sociales en el acceso y aprovechamiento de tecnologías de vanguardia (Zúñiga M., 2001), (Kelley-Salinas, 2001).

Hay las cifras que avalan estos hechos (OCDE, 2002), ellas evidencian riesgos y retos en la investigación y la enseñanza en la construcción de plataformas tecnológicas flexibles y adaptables, así como su aprovechamiento tanto por docentes como alumnos en regiones como México y Brasil. Así, es perentoria la necesidad de planeación y financiamiento. Una de las iniciativas que busca cumplir con estas ideas es el Convenio A. Bello citado antes (Convenio Andrés Bello, 2004).

En el ámbito de la ética, también han surgido nuevas interrogantes producto del impetuoso desarrollo de las tecnologías de la información. Su vertiginoso avance ha provocado transformaciones que han afectado de forma radical a la interacción entre las personas y los grupos sociales (Zúñiga M., 2001).

Con temas a veces muy delicados –por ejemplo, la seguridad nacional–, el universo globalizado transita entre relaciones humanas, transformaciones sociales, flujos de información y recursos tecnológicos, que casi nunca son éticamente neutros, y que precisan de criterios pertinentes para su justo análisis debido a su interdependencia y vulnerabilidad.

Se tiene entonces un nuevo entorno donde se presentan capacidades humanas que pueden ser creativas al igual que destructivas, potenciadas por las tecnologías, y cuyo ritmo de expansión es hoy más grande que nunca. Dichas interacciones, en el mundo de la ética, requieren de un nuevo punto de vista moral, sujeto a escrutinio, pues a la fecha se sufre de una deficiencia de esquemas de justificación para aquilatar las condiciones de vida, identidad y derechos de las personas. (OCDE, 2002).

Conclusiones


El idioma castellano está, en este momento, inscrito en un lugar preponderante en la Internet; está frente al crecimiento del portugués en la región latinoamericana, además del inglés y el chino (sobre todo) a nivel global.

Los hablantes del español, y en particular la República Mexicana a la cabeza, han de decidir, a través de sus gobernantes y líderes políticos y educativos, si debe tomarse una postura proactiva de impulso a esta lengua en el escenario tecnológico y educativo mundial, y la manera en que deba hacerse. Esto se haría posible a través de políticas educativas y de gobierno, nacionales y regionales.

La alternativa es dejar que las fuerzas del mercado mundial sean las que den forma al futuro mapa de las lenguas en el ciberespacio, dejando al español hibridarse o asimilarse bajo otras culturas que resulten mayoritarias o predominantes en el mediano y largo plazo. En todo caso, como cita Zúñiga (2001), la emergencia de un mundo globalizado, que ya está en marcha, demanda la realización de esfuerzos en las justificaciones morales que se requieren para avanzar hacia una ética común, que construyan una base social más firme y mejoren la calidad de vida de todos.

Esta tarea deberá ser una de las más significativas para la educación del futuro.

Bibliografía


Convenio Andrés Bello. (2004). Políticas, estrategias y consensos de acción en ciencia y tecnología de los países del Convenio Andrés Bello 2003-2010. Recuperado el 21 de septiembre de 2009, de Google Libros: http://bit.ly/62Yet

Feller, B. (23 de septiembre de 2006). Estudiantes negros y latinos tienen menos acceso al Internet. Recuperado el 24 de octubre de 2009, de Mundo Popular: http://www.mundopopular.org/estudiantes-negros-y-latinos-tienen-menos-acceso-al-internet/

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Internet World Stats. (30 de septiembre de 2009). World Internet Users and Population Stats. Recuperado el 6 de noviembre de 2009, de Internet World Stats: http://www.internetworldstats.com/stats.htm

Kelley-Salinas, G. (2001). La brecha digital, implicaciones y consecuencias. En OCDE, Los Desafíos de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en la Educación. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España.

New Scientist. (2008). The exploding Internet. Recuperado el 6 de noviembre de 2009, de New Scientist: http://www.newscientist.com/data/images/ns/cms/mg20227062.200/mg20227062.200-6_1000.jpg

OCDE. (2002). Los desafíos de las tecnologías de la información y las comunicaciones en la Educación. Recuperado el 21 de septiembre de 2009, de Google Libros: http://bit.ly/cnzVF

Oppenheimer, A. (noviembre de 2009). Modernizar el idioma. Recuperado el 6 de noviembre de 2009, de El Castellano: http://www.elcastellano.org/ns/edicion/2009/noviembre/oppenheimer.html

Sánchez, C. (noviembre de 2009). Mandarín ¿el idioma del futuro? Recuperado el 6 de noviembre de 2009, de El Castellano: http://www.elcastellano.org/ns/edicion/2009/noviembre/mandarin.html

Soca, R. (agosto de 2009). La defensa del español y el cambio lingüístico. Recuperado el 6 de noviembre de 2009, de El Castellano: http://www.elcastellano.org/ns/edicion/2009/agosto/cambio.html

UNESCO. (20 de febrero de 2009). Languages on the Internet. Recuperado el 6 de noviembre de 2009, de Unesco in Focus: http://portal.unesco.org/ci/en/ev.php-URL_ID=28361&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

Verdinez, E. (septiembre de 2007). Ciberespanglish. Estudios Trasatlánticos, Regiones, Géneros, Discursos, Interculturalidad . México DF, México: UAM - Cualli, Lectura y Educación.

Zúñiga M., L. (2001). Oportunidad y riesgo: los desafíos de las tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito de la ética. En OECD, Los Desafíos de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en la Educación (pág. Cap. 1). España: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España.

4 comentarios:

  1. El contenido de tu artículo me parece muy interesante. Abordas aspectos muy concretos que dan una panorámica muy amplia del tema. Yo votaría por la postura proactiva que sugieres en tus conclusiones. ¡Felicidades!

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  2. Interesante artículo, pero cuidado con las definiciones.
    Decir que "Los internautas hispanohablantes ocupan el tercer lugar en Internet", es cierto, decir que " El idioma español ocupa hoy el tercer lugar en Internet" es falso. La presencia de una lengua en Internet no se mide con el nombre de internautas que dominan esa lengua, sino con el nombre de texto producido en esa lengua. Ahora bien, en nombre de páginas Web el español ocupa un lugar inferior al inglés, chino, japonés, alemán y francés. Simplemente porque los hispanohablantes son más "consumidores" de Internet que actores. Un estudio que lo ejemplifica bien (aunque no incluye lenguas como el chino, el japonés y el coreano) es el siguiente: http://dtil.unilat.org/LI/2007/es/resultados_es.htm
    En ese estudio se habla de "productividad", o sea el número de páginas que cada locutor produce. Los hispanoamericanos tienen una muy baja productividad (número de páginas producida por cada hablante) de páginas en español, si los comparas con los Españoles, por ejemplo. Incluso México tiene una productividad bien inferior a Cuba, Nicaragua, Argentina y Chile, incluso si su "producción" (número de páginas en Internet producidas en México) es una de las mayores en la hispanidad.
    Otro concepto errado: el español está muy poco presente en la ciencia y tecnología, muy por debajo del inglés, naturalmente, como todas las lenguas, pero incluso muy por debajo del francés, el alemán, el japonés y el ruso. Los científicos hispánicos siguen prefiriendo publicar en inglés y no en castellano. La documentación técnica de los grandes organismos internacionales, a pesar de la oficialidad del español (ONU, UNESCO, Unión Europea, etc.) siguen dando prioridad casi exclusiva al inglés y en segundo lugar al francés (y al alemán en Europa), el español sigue rezagado muy por detrás. Basta consultar las actas de este encuentro de 2003 en México: http://dtil.unilat.org/cong_com_esp/es/index.htm

    En mi opinión, no es con discursos triunfalistas sin fundamento real (1), sino con discursos realistas (2) que podemos incentivar a nuestros Estados a tomar cartas en el asunto
    (1)"somos la 3ra lengua de Internet"
    (2)"hay una brecha entre, de un lado, nuestra importancia demográfica, política y en número de internautas, y del otro, nuestra baja productividad de páginas Web, nuestra casi ausencia en las grandes bases científicas mundiales y el poco caso que hacen las Organizaciones internacionales de nuestra oficialidad"
    Estoy a tu disposición para datos complementarios sobre este asunto que estudio muy particularmente.

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  3. Antes que nada, mil gracias por el comentario. Vaya en mi descargo el hecho de que esta es apenas la primera encarnación de mi ensayo, una versión beta, por usar la jerga de la informática, hasta cierto punto reducida en alcance y complejidad. Así que, efectivamente, en próximas iteraciones, mi escrito podrá beneficiarse de la más clara y extensa enumeración y análisis de las distintas métricas posibles que ubiquen al castellano y sus hablantes en la escena de Internet (o fuera de ella): por el número de hispanoparlantes que son internautas, por la cantidad de documentos y/o sitios web que en dicho idioma se encuentran, por el ritmo con que dichas cifras han cambiado en el tiempo y quizá otros parámetros, que hagan comparaciones entre los países de idioma castellano, y de ellos con respecto al resto del mundo.
    Leeré con detenimiento su estudio, que francamente no conocía, para incluirlo y citarlo adecuadamente en próximos trabajos.
    Estoy convencido de que, cimentada por nuestro trabajo, el español puede y debería alcanzar una mayor presencia en el mundo científico –real y virtual– que se corresponda con la importancia geopolítica de nuestras naciones, que las instituciones y autoridades han de reconocer.
    Un atento saludo.

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  4. De nada Francisco. Me han prometido publicar un artículo en el cual hablo precisamente de este asunto en un Seminario transcurrido en el 2008 en Buenos Aires, pero aun no tengo noticias. Si te interesa, te lo haré llegar en cuanto esté disponible.
    Muy atentamente

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